Edad Media en Hungría. La Bula de Oro.
Introducción. Hungría, la primera democracia del mundo.
Hace tan solo unos pocos días, en uno de los ya clásicos
episodios de oposición dialéctica entre el gobierno húngaro y la Unión Europea,
un europarlamentario del FIDESZ declaró que la Unión Europea no podía dar
lecciones de democracia a Hungría puesto que Hungría tenía en su haber una de
las primeras bases de la democracia europea recogidas en la Bula de Oro de
1222. Esta afirmación, por supuesto, carece de la mínima base de rigor
histórico (y muy probablemente la propia persona es consciente de ello) pero
toca un punto del que una parte de los húngaros se sienten particularmente
orgullosos y es el de la Bula de Oro de 1222, considerada una
“proto-constitución” del pueblo húngaro, que estará vigente hasta nada más y
nada menos que 1848.
Prácticamente todos los países tienen su propio mito
“democrático” iniciático. Así, Inglaterra tiene su “Common Law” y en España hay
historiadores que quisieron ver en la revuelta de los comuneros una incipiente
revolución burguesa “liberal” varios siglos antes de la francesa. Pero, yendo
directamente al grano, ¿qué dice exactamente la Bula de Oro respecto a los
derechos y deberes de los súbditos húngaros? ¿Y por qué es tan importante como
para ser invocada casi ocho siglos después de su elaboración?
¿Qué es la Bula de Oro?
El documento en cuestión contiene una serie de apartados que
se podrían agrupar en dos categorías principales: relación del rey con la
nobleza y cargos públicos y, por otra parte, situación y estatus de los
“extranjeros” en el reino de Hungría. Hoy hablaremos sobre el primer punto, y
en otro artículo, que publicaremos en breve, sobre el segundo.
En lo relativo al primer punto, la Bula de Oro limita el
poder del monarca impidiendo que pueda abusar de los nobles poniéndoles
impuestos “directos” (de las arcas de los nobles), mandándoles ir a la guerra
en el extranjero gratis o, incluso, juzgándolos en determinados casos. Es
decir, es un instrumento que limita de una forma clara los poderes del rey y
frena su campo de acción, cosa que nos puede parecer muy moderna hoy en día,
pero que, va bastante en la línea medieval del rey como “primus inter pares”
(primero entre iguales) que existe durante la mayor parte de la Alta Edad
Media.
Además de esto, la Bula también se ocupa de los cargos
públicos. Estos no pueden ser foráneos ni (asunto importante teniendo en cuenta
que la Bula está vigente hasta 1848) judíos o musulmanes. Además, queda
prohibido que, salvo el rey y el Nador (equivalente a segundo del rey) ningún
noble pueda poseer más de dos títulos.
La Bula tiene obligatoriedad en todo el territorio húngaro
y, esto es muy importante, se debe observar por el monarca ya que, de lo contrario,
se especifica que los súbditos están plenamente legitimados a la sublevación (y
esto incluirá también a los monarcas austriacos que administrarán Hungría).
Importancia de la Bula
Como ya hemos comentado, en relación a la nobleza, la idea
de limitación de poderes del monarca, no es especialmente original en el
contexto europeo del momento y de hecho, se considera que la mayoría de sus
ideas vienen del contacto de los nobles húngaros con nobles de otros lugares
debido a la “globalización” producida por las Cruzadas del siglo XIII, nobles
que sobre todo, en Hungría, venían del sur de Francia y Aragón… Ya se sabe, los
españoles siempre fuimos una mala influencia. Sin embargo, en el caso húngaro
su particularidad estará en su permanencia en el tiempo (al contrario que en otros
países europeos) consolidando una muy particular estructura social que existe
en Hungría en este momento.
Tradicionalmente en Europa, todos recordamos haber estudiado
ya en la primaria los famosos tres “órdenes” o “clases sociales” de época
feudal (oratores, bellatores y laboratores que describe Valdeón) dónde parecía
que todo estaba muy bien definido y claro desde el nacer en tres grupos bien
definidos. Pues bien, en Hungría la sociedad presenta durante la Edad Media una
diferencia notable y muy particular en Europa, y es por la cantidad de
graduación que existe dentro de estos estamentos, pudiendo hablar de hasta unos
entre doce y quince grupos sociales, lo cual es llamativo. No obstante, hay que
matizar esto, ya que aunque se mantiene una división más o menos tripartita de
la sociedad, vamos a encontrar importantes subdivisiones entre el campesinado y
la nobleza.
Nobles y campesinos
En lo relativo al grupo privilegiado, hay autores que hablan
de una especie de “clase media nobiliar” en Hungría debido a los términos
recogidos en la “Bula de Oro” que recogen expresamente el que los nobles no
puedan acumular más de dos cargos. En consecuencia, queda mucho más limitada la
aparición de una alta nobleza como en la mayoría de los países europeos (lo que
no impide que existan grandes terratenientes). Por lo tanto, aunque el rey
tiene unas restricciones muy evidentes respecto a los nobles, el sistema
favorece algo más de cogobierno y compromiso, y por lo tanto, el
fortalecimiento del estado por un camino diferente al del resto de países (en
los que el fortalecimiento de la autoridad real irá en detrimento de la
nobiliar)
Por otra parte, están los campesinos. Mientras que, en la
mayoría de Europa, los campesinos se encontrarán en un régimen de vasallaje más
o menos duro, en Hungría la inmensa mayoría serán campesinos libres, con opción
de cambiar de lugar si lo desean. (aunque la práctica es mucho más compleja). La
principal razón de esta particularidad estará en la particular situación
geográfica de Hungría, punto intermedio de “entrada” a Europa desde los Balcanes
y nudo constante de invasiones.
Tierra de invasiones
La consolidación de un estado es
muy complicada en un lugar así, y por ello el país tiene que hacer frente a una
despoblación crónica que compensará con la llegada de trabajadores y campesinos
de otras regiones, sobre todo lo que hoy es Alemania y Austria, a los que se
les garantizará un estatus más libre que en otros lugares. Casi desde el
comienzo del estado húngaro se optará por ir repoblando con gentes llegadas
desde el centro de Europa, y esto será una dinámica que casi se mantendrá, de
manera más o menos regular, hasta el siglo XVIII. Por lo tanto, no es exagerado
afirmar que la gran base étnica de los húngaros actuales proviene del centro de
Europa, más que de Asia. Incluso entre los miembros de la nobleza, según los
últimos estudios arqueológicos, se han encontrado ya en la E.Media muchos más
rasgos centroeuropeos que centroasiáticos.
Para entender lo que significa
una invasión a nivel demográfico baste observar los números de la invasión
mongola en el siglo XIII. En aquel momento, aunque hay un baile de cifras y
números, la población húngara era de unos tres millones y después del ataque
mongol, pierde aproximadamente en torno a un millón (pasándolo a hoy en día, es
como si España perdiese 15 millones de personas de golpe). En ese sentido,
curiosamente la invasión “refuerza” las dinámicas sociales existentes, tanto
entre la nobleza (los reyes húngaros intentan, en un principio, revertir la
situación inicial en la que se otorgan muchos privilegios a la nobleza pero
están en una situación de debilidad después de este traumático acontecimiento),
como entre los campesinos (la necesidad de repoblación con nuevos colonos es
más necesaria que nunca), por lo que, mientras que en Europa las monarquías
ganan en poder a partir justo de este momento, Hungría continua por su
particular camino que, tal y como explicamos, no implica necesariamente un
estado débil, si bien mantiene un déficit crónico demográfico que condiciona su
estructura social y política. Déficit demográfico que, por otra parte, es común
en “Europa del Este” si bien llegado el siglo XV comienza a revertirse.
Conclusiones
En conclusión, la Bula de Oro consolida las particulares
estructuras sociales húngaras, caracterizadas por la existencia de una clase
nobiliar más equilibrada que en otros lugares y, sobre todo, un campesinado
libre y no vasallo. Podrían parecer unos pilares interesantes para construir un
estado fuerte en Europa, por el limitado dinamismo que otorga a dos de los grupos
clave en el sistema feudal, sin embargo, la demografía (y relacionada con esta,
la falta de una burguesía) continuará siendo un lastre importante, si bien, se
puede decir, sin ningún tipo de dudas que, al finalizar la Edad Media, el reino
de Hungría es una importante potencia regional. El estatus de gran potencia
europea es quizás algo más discutible, si bien existen indicadores nada
desdeñables como la extensión del territorio o su capacidad militar que no
hacen nada descabellada una afirmación de ese tipo.
Sobre el otro punto de la Bula acerca de las restricciones
hacia extranjeros hablaremos en el siguiente capítulo, que publicaremos en los
próximos días, ya que merece un tratamiento aparte (y ya conectándolo más con
la historia de España). Si os interesa la historia de Hungría (o la historia en
general), no os lo perdáis :D
FUENTES:
Molnár, M.
(2001). A Concise History of Hungary (Cambridge Concise Histories) (A. Magyar,
Trans.). Cambridge: Cambridge University Press.
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