El Ejército Negro del Rey Cuervo

SERIE: JUEGO DE TRONOS EN HUNGRÍA II: Cap 3: EL EJÉRCITO NEGRO DEL REY CUERVO

Si quieres ver los otros capítulos de la serie pincha en los enlaces:

Capítulo 1: La Biblioteca del Cuervo

Capítulo 2: Las Reformas de un Rey Justo


Bandera del Ejército Negro, con el símbolo de la casa Corvin (el cuervo) en el medio.


Introducción

Volvemos con nuestra siguiente entrega sobre este Juego de Tronos húngaro para seguir hablando sobre el Rey Cuervo y, en este caso de la que quizás sea una de sus mayores obras para la posteridad: la creación del Ejército Negro.

En el capítulo anterior vimos como las reformas del hijo de Hunyadi contribuyeron a mejorar la justicia y con ello, la recaudación del reino, permitiendo una mejora económica y jurídica más que evidente en toda Hungría que le permitirá asegurar sus fronteras, al menos internamente.

Una recaudación más efectiva implica, por supuesto, nuevos proyectos para la monarquía y, en ese momento, ningún proyecto era más urgente que la formación de una fuerza que pueda hacer frente a las turbulencias que llegan desde el siempre inquieto sur, donde el Sultán espera su oportunidad para poder resarcirse de la oportunidad perdida en Belgrado.


El nacimiento del Ejército Negro

Y es que, en Belgrado, y en la expedición de su padre es donde realmente se piensa que se encuentra el verdadero germen de este especial ejército, cuando unas fuerzas poco convencionales (formadas por mercenarios, aunque también había caballeros) consiguen derrotar a los turcos en clara inferioridad numérica. 

Esto hace reflexionar a su hijo sobre la posibilidad de crear una fuerza más profesional, con un cierto conocimiento de tácticas de guerra y, sobre todo, disponible en cualquier momento, ya que hasta ese momento el rey tenía que depender de levas extraordinarias en caso de conflicto, mucho más costosas en tiempo, pero no, desde luego, en dinero (era un sistema relativamente “barato”). Y es que, desde luego, parece lógico y muy interesante poder disponer de una fuerza militar permanente que no dependiese de los avatares nobiliarios, pero es más que evidente que una idea así requiere de algo más que buenas intenciones.

Recreación 3D del Ejército Negro


Financiando el nuevo proyecto

Impuestos

En el anterior capítulo perfilamos algunas de las reformas que buscaban aumentar la capacidad económica de la monarquía. No incidiremos mucho en ellas puesto que quizás, son un terreno algo más pesado y movedizo, pero es importante comprender que las reformas de la moneda y también la fuerte tasación impuesta harán que los ingresos de Hungría prácticamente se tripliquen en su reinado, pasando de 250,000 florines de partida a una cantidad que, se piensa, pudo haber llegado en momentos de picos positivos a casi el millón, si bien parecen más plausibles unos ingresos medios en torno a los 700.000 florines  por año en periodos de bonanza.

Esto lógicamente da importantes ingresos adicionales para financiar cualquier proyecto, aunque, todo hay que decirlo, a costa de tasar a los campesinos (que aportaban aproximadamente el 85 de los ingresos), pero no por ello Matías va a dejar de buscar fuentes alternativas para complementar su financiación con el concurso de un estado muy particular: Venecia.

Los ducados venecianos

La República de Venecia y Hungría habían sido entidades rivales durante buena parte de la Edad Media ya que ambos ambicionaban territorios de lo que hoy es Croacia. Sin embargo, la amenaza turca hará amigos a los viejos enemigos propiciando además una alianza bastante complementaria.

Venecia es uno de los estados más ricos del momento, pero tiene el gran problema de depender casi exclusivamente de mercenarios (es una república de comerciantes), por lo que una alianza entre los apetecibles ducados venecianos y la fuerza militar húngara parece en ese momento, sin duda lo más provechoso para las dos partes.

Aun así, hay que decir que, si bien Venecia es una república muy dada a financiar proyectos (no solo en Hungría, sino en otros lugares más lejanos como veremos más adelante), no siempre pagaba tan bien como debería y en ocasiones, como buena república dirigida por comerciantes tardaba más de la cuenta, amagando en el tiempo para así poder observar los posibles resultados (y ganancias asociadas) de la empresa que decide financiar.

Aun así, sacando cuartos de un lado y del otro, es indudable que los ingresos del estado húngaro aumentan muy considerablemente convirtiendo al país, en palabras del historiador británico Tanner, en una “superpotencia europea” de la época, sobre todo al final de su reinado.


El nacimiento de una nueva idea

De todas formas, los comienzos de Matías fueron de todo menos sencillos ya que se verá envuelto en numerosas guerras (tanto hacia el norte como al sur) y rebeliones. En una de estas rebeliones, en lo que hoy es Chequia, decide usar una fuerza mercenaria que, por cierto, habían sido enemigos suyos hacía solo un par de años. Con tan solo 500 soldados, bien entrenados y capacitados para el ejercicio de la guerra consigue los resultados esperados, logrando pacificar (o someter, según se mire) una región que, debido a disputas religiosas, no era particularmente fácil.

A partir de ahí, decide aumentar y expandir ese pequeño núcleo de proto-ejército, creando una fuerza permanente que dependa de un sueldo, lo cual es un concepto increíblemente revolucionario para la época. Es cierto que no es el primero ya que el rey de Francia había ensayado con un ejército permanente a partir de 1445, pero el concepto que tiene en mente el monarca húngaro se encuentra mucho más desarrollado y profesionalizado, como veremos a continuación, destacando tanto en tamaño como en táctica y organización.


Organización y táctica.

En primer lugar, hay que señalar el tamaño. Se calcula que el Ejército Negro va a llegar a disponer, en sus mejores momentos, de entre 20 y 30.000 soldados “mercenarios” o “profesionales” (como prefiramos llamarlo) que, en caso de conflicto, se pueden complementar con tropas regulares de la leva (reclutamiento) en caso de necesidad. De acuerdo con una cita que, tengo que reconocer, no he podido verificar en la fuente original, en caso de necesidad el ejército húngaro, uniendo levas más tropas mercenarias podría llegar a tener la capacidad de reunir a un ejército de 90,000 hombres, lo que constituye una fuerza absolutamente extraordinaria para la época, más teniendo en cuenta los “solo” 4.000 soldados que logró reunir su padre en una situación de emergencia máxima.

Sin embargo, el Ejército Negro más que por su tamaño, destacará por su estrategia en la que incorporará las técnicas aprendidas de los Taboritas, como el uso de proto-tanques (puedes leer más sobre ello AQUÍ), incorporando un factor diferencial: la pólvora. Y es que, en el ejército del Rey Cuervo uno de cada cinco soldados dispondrá de pólvora, un material que en aquel momento era muy raro de ver en los soldados (según estudios de historiadores, en el siglo XVI menos del 5% de los soldados europeos disponían de pólvora), sobre todo, por su elevado precio.

Representación de carga de caballería con ataque mediante arcabuces


Aun así, Matías va a hacer un esfuerzo más que evidente por incorporarla a su ejército, consciente de la ventaja táctica que podía proporcionar sobre todo en las primeras fases de la batalla, donde daba la opción de eliminar la potencia de fuego del ejército enemigo (ya que permitía explotar los “cañones manuales”, permitiendo un avance más rápido y seguro) y además se complementaba a la perfección con la táctica de proto-tanques aportada por los taboritas ya que los arcabuceros se podían defender detrás de los “tanques”, disparando a través de un agujero.   

Formación típica husita, protegida por sus "tanques" que se podían mover.

Además de esto, reforzará la marina ligera de río, consciente de la importancia que puede tener para Hungría una comunicación (y ataque) por el Danubio para proteger enclaves importantes como Buda, Pest, Pozsony (Bratislava) o Belgrado. No en vano, la flota da también una ventaja táctica muy interesante al permitir “romper” sitios, como hizo su padre, pero también facilitar el traslado de tropas. Por ello, la flota húngara llegará a contar con la nada despreciable cifra de 360 “buques” ligeros, con una capacidad de transporte de hasta 10.000 soldados.


Poderoso caballero es don Dinero

Sin embargo, la ventaja más grande de tener un ejército profesional era, (aunque también un inconveniente) el que este dependía de un sueldo, y por lo tanto esto dejaba claro donde estaba la lealtad última de los soldados, aunque estuviesen bajo las órdenes de otro general. De hecho, Matías no va a ser un rey especialmente activo en el campo de batalla y va a delegar en otros dependiendo de las circunstancias y la localización geográfica donde se preste la batalla, (es evidente que el conocimiento del terreno es una ventaja), destacando algunos generales como el “hereje” Jan Zizkra, perteneciente a una facción taborita.

Armas más utilizadas por el Ejército Negro


De todas formas, el tener soldados a sueldo también tenía sus riesgos. El más evidente resultaba en que, de no recibir salario (y esto no estaba siempre completamente garantizado) podían decidir no pelear o, lo que era peor, pasarse al enemigo o amotinarse contra su señor. En algunos casos puntuales se dieron situaciones de este tipo, pero no cabe duda que las ventajas superaban con mucho a los inconvenientes.


Un enemigo nada fácil

Y es que más allá de estos problemas temporales, prácticamente todos los historiadores coinciden en que el Ejército Negro fue una maquinaria militar formidable para la época, creando una especie de mito en Europa y constituyendo lo más parecido a un ejército moderno. Pero, a pesar del poderío militar alcanzado por el reino magiar en este siglo, el reino estaba lejos de una inmunidad total ya que, al acecho seguía encontrándose el único poder verdaderamente capaz de hacerle sombra: la Sublime Puerta.

Y es que el Imperio Otomano, a finales del siglo XV se encuentra volcado hacia Europa y si bien, no ha olvidado su primer fracaso en Serbia, es consciente de que su potencia militar sigue siendo más que envidiable comparándola con la de cualquier país europeo, con la excepción de Hungría. Es por ello que, si bien la política inicial de Matías es de relativa agresividad hacia los turcos, pronto se dará cuenta de que los poderes europeos no estarán dispuestos a darle una tregua (al igual que a su padre) por lo que se encontrará siempre en un difícil equilibrio militar al tener que repartir su interés entre el norte, con el emperador, y al sur, con los otomanos.

Mapa de Europa hacia 1480. Lo amarillo es Hungría.


Por eso, su política exterior hacia el sur, como ya veremos en el siguiente capítulo, será de una cierta contención y prudencia, no exenta por ello de enfrentamientos militares de relativa baja intensidad. Prudencia, tacto y contención que, sin embargo, estarán a punto de saltar por los aires debido a la reaparición de un viejo y muy mediático conocido en toda esta historia:, el conde Drácula.

Si queréis saber lo que pasó seguid leyendo. Ya os aseguro que su historia (la histórica) y la relación del conde con Hungría no dejará indiferente a nadie.

Hasta la próxima.

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FUENTES: 

Molnár, M. (2001). A Concise History of Hungary (Cambridge Concise Histories) (A. Magyar, Trans.). Cambridge: Cambridge University Press.

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